miércoles, 1 de mayo de 2019

Pastores a Belén

Cansados de hacer todos los años el mismo cuento, cambiamos a este otro. Por cierto fue el último relacionado con este tema que hicimos, los posteriores ya fueron en Navidades, pero ajenos a la Navidad. 

Esta obra, en realidad se titula !A Belen Pastores! y es de Alejandro Casona. Cada vez que representábamos una obra, teníamos que solicitar permiso de derechos de autor. En esta ocasión, tuvimos problemas, ya que no nos lo dieron, como ya teníamos la obra a medias, volteamos el nombre y en el programa omitimos que era de Casona. La verdad es que nunca entendimos porque no nos dieron los derechos. Parece ser que los familiares no querian...

Alejandro Casona

Alejandro Rodríguez Álvarez(1903-1965), conocido como Alejandro Casona, o también "El Solitario".
Fue un dramaturgo y maestro español de la Generación del 27.Emparentada con el "teatro poético" surgido del modernismo de Rubén Darío, su producción dramática guarda cierto paralelismo con la de Federico García Lorca, si bien su poética tiene el regusto amargo de la supervivencia.
En sus propias palabras:

"Tenía que escribir el teatro del amor, del odio, de la venganza (...) Se me puede acusar, con razón, de estar desligado del dato contingente, pero no del hombre".

Nació en Besullo, una aldea montañesa asturiana, nieto de un herrero, hijo de Faustina y Gabino, maestros ambos. Su único juguete en la infancia fue un castaño (la "Castañarona").
Los traslados constantes de sus padres le llevaron a Villaviciosa y Gijón, donde descubrió el mar y empezó el bachillerato. 
Su adolescencia y mocedad transcurrieron en Palencia y Murcia. En Murcia, estudió en la Escuela Normal de Magisterio, en la Facultad de Filosofía y Letras y en el Conservatorio de Música y Declamación. También se inició como obrero en una carpintería y, tras una escapada con su amigo Antonio Martínez Ferrer como aprendices de cómicos de la legua, trabajó de actor en la compañía de Josefina Díaz y Manuel Collado.

En 1922 entró en la Escuela de Estudios Superiores de Magisterio de Madrid, y cuatro años después obtuvo el título de Inspector de Primera Enseñanza, ganando plaza en el Valle de Arán (1928), donde llegó a poner en marcha un grupo de teatro infantil. En octubre de ese año, se casó en San Sebastián con Rosalía Martín Bravo, compañera de estudios en Madrid. El joven matrimonio se instaló en el pueblo de Lés, provincia de Lérida, donde nació, en 1930, su única hija, Marta Isabel, y permanecieron hasta febrero de 1931. En ese periodo, Casona adaptó El crimen de Lord Arturo de Wilde, que fue estrenada en 1929 en Zaragoza por la compañía de Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón de Guevara, y en la que por primera vez aparecía en cartel el seudónimo Alejandro Casona (en honor a la "casona del maestro" de su pueblo natal, Besullo).

Su vocación didáctica, inspirada en el ideario de la Institución Libre de Enseñanza, le valió ser nombrado por Manuel Bartolomé Cossío (presidente del Patronato de las Misiones Pedagógicas creadas durante la Segunda República Española) director, junto con el músico Eduardo Martínez Torner del Teatro ambulante o Coro y Teatro del Pueblo. Este grupo, de 1932 a 1935, recorrió gran parte de la España profunda llevando a escena piezas breves del teatro clásico español. Para este proyecto el propio Casona escribió versiones dramáticas de cuentos y relatos famosos de la literatura española como Sancho Panza en la Ínsula y Entremés del mancebo que casó con mujer brava. También adaptó al teatro obras representativas de la literatura mundial, tanto para adultos como para niños y jóvenes.

Sin embargo, el estallido de la guerra civil española rompió toda expectativa de futuro para Casona. Su compromiso con el gobierno de la República fue firme, pero pronto se dio cuenta de que la guerra iba para largo. Estuvo en un hospital de Madrid montando representaciones para heridos de guerra con el Teatro del Pueblo y dando alguna conferencia sobre teatro en Valencia antes de dejar España en febrero de 1937, con la compañía de Pepita Díaz y Manuel Collado Montes.

Exiliado en un principio en México, tras un éxodo por Costa Rica, Venezuela, Perú, Colombia y Cuba, se estableció finalmente en Buenos Aires, Argentina, en 1939. Fuera de España estrenó el cuerpo central de su obra, en el que Casona desarrolló en profundidad su estilo teatral, movido siempre por lo que en palabras de Genoveva Dieterich podría definirse como "...el conflicto entre la realidad y la fantasía, la evasión a un mundo poético mejor, la búsqueda de la felicidad, la fuerza redentora del amor, la realidad del sueño...".? De ese periodo son, entre otras: Prohibido suicidarse en primavera, La dama del alba, La barca sin pescador, Los árboles mueren de pie, La tercera palabra o La casa de los siete balcones.

Regresó a España en 1962, donde estrenó con éxito de público y gran alboroto crítico lo mejor de su producción. Aceptado y en cierto modo utilizado por la política aperturista del último franquismo, Casona fue, sin embargo, rechazado por la crítica más joven que lo tildó de trasnochado y conservador. Uno de sus grandes verdugos fue la revista Primer Acto; entre las demoledoras críticas, quizá las más reflexivas fueron las de su director José Monleón, recogidas y revisadas años después en Treinta años de teatro de la derecha (1971).

Discutido por unos y consagrado por otros, Casona puso en escena su última obra, un retrato de Francisco de Quevedo, titulada El caballero de las espuelas de oro en 1964, con una excelente interpretación de José María Rodero. Murió el 17 de septiembre de 1965 en Madrid.
¡A Belen Pastores!
Este retablo tiene un tema poco original en principio, puesto que escenifica una vez más la adoración de los Reyes Magos y de los pastores al Niño Jesús recién nacido.

Fue presentada, al aire libre, en el Parque Rodó de Montevideo, por la compañía de Josefina Díaz y Manuel Collado, en las Navidades de 1951.

Alejandro Casona logra cinco cuadros de intenso lirismo manejando elementos tradicionales e insertando oportunamente en la acción villancicos y canciones populares. Los autores tradicionales del género -Lope de Vega, Góngora, Tejada, Rengifo, Francisco de Ocaña, Francisco de Ávila- encuentran en ella cabida y actualización.

La aportación personal de Casona consigue una escenificación que supera el riesgo de anclarse, como tantas veces en lo litúrgico, o de desbordarse por el lado del pintoresquismo. Los elementos profanos tradicionales, derivados de los juegos de escarnio, se mezclan con el relato sagrado como contrapunto de «ingenua profanidad y cierto respingo de humor prerreformista». En definitiva lo que sucede es que Casona, profundo conocedor de Juan del Encina, de Gil Vicente, de Lope de Rueda y los autores más representativos del alma popular española, consigue el equilibrio entre lo religioso y lo humano tan difícil de intentar sin que uno de los extremos se imponga al otro.

Los Reyes Magos y los pastores llegan a Belén para adorar al Niño Jesús. En los pastores Casona crea un Zampabollos simple, un Polvorín agudo, un Zabulón glotón y un Salicio enamorado. Su comportamiento, actitudes y palabras están más cerca de la frescura y lozanía del Renacimiento que del retorcimiento y complicación del Barroco.

Personajes desusados en composiciones de este tipo son el Diablo y, sobre todo, su esposa Doña Diabla y sus hijas Viperina y Satanisa. Polvorín y Zampabollos llegan inconscientes a las oficinas del Infierno, a través de una galería que tiene la boca de entrada disimulada en la majada del pastor Patriarca Samuel. Polvorín y Zampabollos solamente consiguen liberarse de la trampa apresando al Diablo por el rabo. Luego, debidamente enjaulado, constituirá su presente al Niño Jesús.

La curación de un hijo de Samuel, mudo de nacimiento, lograda por la Virgen María en su huida de la persecución de Herodes, constituye una escena llena de ternura y de poesía.

Estas son mis fotos. Yo soy Satanasita, la de las coletas.







2 comentarios:

  1. Felicidades, escenificamos esa pastorela hace años y no sabes como eh buscado la obra, solo para recordar

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  2. Ya me gustaría ver vuestra escenificación. La pena es que no tengo el libreto, pero si quieres te lo busco.

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